Jabón Princesa nace de la fascinante historia de un hombre nacido en El Líbano en 1911 quien se estableció en México en 1928 e iniciaría su admirable trayectoria empresarial en 1931: A partir de libros que había leído, su dedicación al trabajo y la innovación, comenzó en Chemax la producción de un jabón azul veteado sin precedente en México, adoptando el sobrenombre que usaba para referirse cariñosamente a una de sus hermanas “Princesa”.
El éxito de Jabón Princesa le permitió 10 años más tarde establecer en Mérida, la capital del estado, una fábrica donde, además del jabón, producía aceite de coco y una línea de margarina.
Su trayectoria le llevaría a incursionar en la fabricación de aceites, grasas y harinas; estableciendo panaderías, cordelerías y aventurarse en la producción y comercialización agropecuaria con henequén, ajonjolí, calabaza y cacao, entre otros.
Tras su fallecimiento en 1969, sus descendientes continuaron su legado de innovación y emprendimiento.
Hacia mediados de la década de los años 1980s y 1990s inicia la expansión de líneas para ofrecer jabones y detergentes líquidos en nuevas presentaciones, entre ellas el jabón de tocador Princesa.
En la primera década del siglo XXI desarrollan fórmulas para suavizantes de telas, introducen nuevos empaques, presentaciones y aromas. Hacia fines de la de 2010 incursionan con la línea de limpiadores multiusos Pinyl, y extienden la venta de sus productos en la República Mexicana y países vecinos.
Actualmente Fábrica de Jabones La Princesa ofrece una amplia gama de productos que le brindan limpieza profunda con aromas irresistibles, en prácticas presentaciones, para mantener su ropa y su hogar impecables.